21 dic 2009

La magia de Gabo


Fantasía.- Facultad que tiene el ánimo de reproducir por medio de imágenes las cosas pasadas o lejanas, de representar las ideales en forma sensible o de idealizar las reales.
Magia.- Arte o ciencia oculta con que se pretende producir, valiéndose de ciertos actos o palabras, o con la intervención de seres imaginables, resultados contrarios a las leyes naturales.
Real.- Que tiene existencia verdadera y efectiva.


¿Qué relación existe entre estas 3 palabras? Me han preguntado en un examen de la universidad. Mi respuesta ha sido: La relación que existe es que si juntamos estas tres palabras nos encontramos con un libro de Gabriel García Márquez.
Lamentablemente mi respuesta parece ser incorrecta según el profesor, me ha calificado con “cero”, y sabiendo que esa pregunta vale 5 puntos, he desaprobado mi examen, por lo tanto, he desaprobado la asignatura.
Al momento de reconsiderar el examen, le he preguntado cuál sería la respuesta de esa pregunta y me ha dicho: De lo real puede desprenderse una fantasía, sea existente o no, a esto lo llamamos realismo mágico. En resumen esta vendría a ser la respuesta mi querido alumno.
Me he quedado consternado con tremenda injusticia, estudio en una facultad de derecho para formarme como un hombre justo, sin embargo, siento que están sembrando en mí pequeños actos injustos, este es un claro ejemplo, y como dice mi madre “son los pequeños detalles los que forman a las personas”; ¿no será Gabriel García Márquez uno de los iniciadores del Realismo Mágico? Estoy seguro que todas las enciclopedias mundiales me dan la razón.
- ¿Profesor ha leído usted algún libro de García Márquez? –le pregunto.
- ¿El colombiano que ganó el nobel de literatura?
- Sí, ese.
- No –me responde.
Al enterarme que el profesor no ha leído ningún libro del colombiano, decido hacer un esfuerzo económico para regalarle alguna novela del tan afamado escrito. Cien años de soledad se llama el libro que le he decidido regalar, viene en tapa dura por ser una versión conmemorativa por sus ochenta años de edad y cuarenta de haber escrito tan majestuosa obra. Después de unos días me lo encuentro por los pasillos de la universidad y le entrego mi presente, el profesor no hace más que sorprenderse y darme las gracias.
Hace más de cuatro años que termine de leer la última novela publicada de Gabo, Memoria de mis putas tristes se llama, en esa novela encontré lo que uno podría decir que es lo real, lo mágico y lo fantástico en su conjunto; un hombre de 90 años empecinado en una fantasía típica de su edad, pero ahora me doy cuenta que Gabo no sólo quiso regalarnos una historia mágica como esa, ahora pienso que él se sintió reflejado en ese hombre de avanzada edad, hoy en día García Márquez tiene 82 años, próximo y costosos años para aproximarse a la edad que tiene su último personaje ficticio. Se dice que esta novela será llevada a la pantalla grande aunque su hijo lo desmiente, lo que no es una mentira es que Gabo no publica hace tiempo y se ha rumoreado que ya no volverá a publicar, los años no pasan en vano y la mente se gasta como se gasta la tinta.
En estos días que el nombre del autor ha estado en mi mente, me he dado una vuelta por las librerías, nada nuevo de Gabo, pero he terminado comprándome un libro que ya tiene sus años llamado Doce cuentos peregrinos, lo he leído como se lee mayormente un libro, de comienzo a fin, cuentos que son historias, historias que parecen reales, tan reales como sacar un conejo del sombrero de un mago, y aunque vemos que el conejo sale del sombrero porque es real y verídico, nos queda la duda, y concluimos con que fue un truco que no nos percatamos.
Esto es lo que diría un crítico literario al analizar un libro de Gabo: es pura magia. Esto es lo que hace un verdadero mago, magia. Han pasado cientos de años para que una persona logre plasmar en letras lo que los seres humanos han hecho en su pensamiento durante siglos, imaginar un poco más de lo real, siendo seres reales no hemos convertido en verdaderos soñadores, gracias a la magia y fantasía nos hemos convertido en hombres con cuatro patas, en mujeres llamadas sirenas y hemos cabalgado por los aires. Pero Gabo no ha hecho de estas fantasías sueños tan utópicos, ha hecho fantasías reales con toques mágicos, ¿acaso no es posible que alguien se muera desangrado por tocar un rosa?
Más bien lo que quieren hacer real es ver morir a Gabo, con homenajes que se hacen después de muertos, con biografías como la última que han publicado Gabriel García Márquez: una vida, como si Gabriel tuviera dos vidas o como si ya hubiera dado todo y que los años que le quedan por vivir no son importantes. Pero un verdadero mago siempre tiene un as bajo la manga y estoy seguro de que pronto la sacará, será su acto final el que dará por concluida la función, será su acto final el que dejará sin valor biografías inconclusas, será su acto final el que nos dejará boquiabiertos y nos preguntaremos si fue real o un truco más.


Ha pasado una semana después de la desilusión que me lleve por el “cero” que recibí en la pregunta de relación de palabras y me acabo de encontrar con el profesor.
- ¿Profesor leyó el libro que le regale?
- Claro que sí –me respondió- hasta estoy pensando hacer un viajecito en estas vacaciones por Colombia.
- Qué bien, ¿y no le parece que mi respuesta estaba bien contestada?
- Sí, pero lamentablemente ya no se puede reconsiderar, eso te pasa por hacer una respuesta creativa.
- ¿Creativa?


6 dic 2009

Un domingo cualquiera

Tarde me levante, tan tarde que me he visto en la necesidad de decir “buenas tardes” a la primera persona que he visto después de levantarme de la cama; no voy a mencionar a esa persona porque quiero dar una apariencia de independencia absoluta, te quiero mami.
Una noche con aire a acento español en mis oídos me ha traído un regodeo en mi ser, he sacrificado horas de sueño para ver con fascinación a una muchedumbre desenfrenada cantar a muchas voces y desafinadas “Io sono il capone della mafia, lo sono il fligio della mia mamma, tu sei uno stronzo di merda ¡ja! ¡ja! ¡ja! e un fligio di troia in Venezia” y no importa no saber la letra, mucho menos la pronunciación ni pensar que significa, lo que mejor nos sale no es el Venezia sino el ja ja ja y con todo ello la cantamos como si la supiéramos y la hacemos tan nuestra como en verdad lo es.
Esa es la razón por la cual la mañana se me ha pasado literalmente soñando, se ha pasado como se pasan los días, rápidos como los segundos. Me he levantado, he puesto a cargar el celular pero no lo prendo porque no quiero que me llamen, sin duda me van a llamar porque he puesto un anuncio en el periódico y en el mi numero móvil, tengo prisa para alquilar un departamento, me han contratado específicamente para alquilar el departamento, ya han pasado varias semanas y nada, nada yo diría por los caprichos de los dueños más que por el precio o por los interesados; verdaderamente ya estoy cansado de este trabajo, tan cansado que prefiero tomarme un taza de leche y venir a sentarme al monitor a escribir, como lo estoy haciendo precisamente ahora.
Me he conectado a ese medio de comunicación tan maravilloso para perder el tiempo llamado Messenger, espero a que alguien me hable, pasan los minutos y absolutamente nadie lo hace, me olvide de ponerme de modo “conectado” aunque no era la razón porque igual sigo sin que nadie me hable. Sigo esperando con la tranquilidad que me ha caracterizado, doy un vistazo al escritorio y me llama la atención un libro de William Faulkner, tengo ganas de leerlo pero soy tan pasivo que ni siquiera abro el libro. Nadie me ha hablado todavía, doy un vistazo a la lista de conectados y decido abrir un par de ventanas para entablar una conversación.
Me llamas la atención, me pareces recontra solitaria, no sólo porque lo hagas notar con tus nicks todos melancólicos y solitarios, cuando te veo en persona tu mirada rehúye a la mia, como si estuviera acostumbrada a que nadie la mire. Eres extraña, al punto de decir que tienes algún trauma que cargas diariamente. Obviamente como el común de los mortales no me atrevo a decirte eso que he pensado, ni siquiera te he dicho “hola”, no sé porque razón pero con qué ganas llenas de rabia te he dicho “¿vamos al cine más tarde?”
Ahora dudo en haberte escrito algo así, no sé cómo me he apresurado a preguntarte eso, soy un chico tímido que no le gusta tomar riesgos, miedo yo diría que es la palabra. No me contestas, demoras en contestarme, siento que tu respuesta será negativa, nunca hemos salido juntos ni en compañía ni solos; tenemos un lazo amical casi nulo, yo sé que nos queremos pero nunca hemos hecho algún acto para demostrarlo, ese lazo amical empezó por compromisos académicos y todas las veces que hemos hablado ha sido en un lugar académico o en relación a ello, aún así siento que ese lazo más funcional que de amistad nos ha unido profundamente.
- “¿A qué hora?” - me has respondido. Una sonrisa he soltado con sabor a ilusión.






…continuará
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