23 nov 2011

El dramatismo infiel de los celos



Mi dramatismo exagerado

Te va cansando

De mis celos maduros

No prestas atención


Que tal si yo te digo:

Que me fui a beber con mujeres

Que mis amigos no son célibes

Y que no recuerdo haber llamado a mi ex


Tu enojo me sería comprensivo

Mis argumentos me harían falta

No tendría excusa que convenza

Y tu rechazo sería lo mejor


Tu enojo me sonaría a solución

Que no dejándote por tu emoción

Harías el esfuerzo de continuar con los dos

Dejándome claro que lo haces por amor


Yo no tendría reparo de arrepentirme del dolor

Que he provocado en el alba de tu saber

Si es que por mi boca me enteré yo

Que he sido infiel de la acción de ayer



...

17 nov 2011

Kim Kardashian



Me sumo a los medios que alimentan la fama de Kim y al igual que los demás medios espero vender con su nombre. No tengo mucha idea de ella, solo sé que cada nada aparece en el periódico que leo diariamente, de sus últimas noticias me sujeto, para hablarles de matrimonio.

Tengo 24 años, soy inconstante, inestable, poco perseverante, perdedor sin dar batalla, echado sin pisar tropiezo, en definitiva, sigo siendo yo a mis 24 años. Ello me augura que no sé qué vendrá mañana, ni donde estaré, ni mucho menos que haré, tampoco tengo la intención de jugar a las adivinanzas; de pocas cosas estoy seguro en la vida, una de ellas, es la muerte, voy a morirme, entraré en estado de putrefacción y volveré al polvo de donde salí.

De otras cosas no estoy seguro, no tengo idea si terminaré mi carrera, si me casaré, si tendré cuentos para contarles a mis nietos o si mañana podré publicar mi siguiente post; son cosas que sin lugar a dudas quiero pero solo sé que no compré pasaje directo a la vejez, ello implica que mi querer no se vuelva realidad.

Al leer que el matrimonio de Kim Kardashian tuvo un record de 72 días, no solo pensé que el matrimonio de los famosos es así sino ¿por qué son así?

Se dice que su matrimonio le generó ganancias cercanas a los 18 millones de dólares, lo cual la razón te intuye que fue un buen negocio, que no hubo nada de amor y que el fin licito fue ganar dinero.

Ella lo negó, dijo que su matrimonio no era ninguna farsa y pronuncio la frase que me terminó de desconcertar “me casé por amor” e inmediatamente le pregunté imaginativamente ¿Qué entiendes tú por amor?

Según la primera definición de la RAE “Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.”, podría definirla como una definición romántica, llena de romanticismo, que sin embargo no pierde su profundidad, somos seres para el encuentro, somos un ser relacional que necesita de los demás; nuestra naturaleza lo confirma, necesito de mamá para sobrevivir.

Alegando una prueba a su favor, podría decir que ella si se caso por amor, concibió que necesitaba a alguien a su lado, más no sé si profundizo en el amor.

Amar significa Donar, tener la caridad de entregarse uno mismo hacía el otro, no dar objetos, cosas, materias; al parecer tu contrato prenupcial lleno de condicionantes impidió tu entrega por salvaguardar tus bienes.

Amar significa Sacrificar, la renuncia que optas por el crecimiento integral de los dos, no el personalismo egoísta; al parecer preferiste Hollywood que un lugar tranquilo sin cámaras ni flashes.

Amar significa Comprender, la compresión que tienes para con el otro y sus circunstancias, no la visión subjetivista de las cosas; al parecer no entendiste que su familia no es él, te quedaste con la opinión ajena de la relación.

Amar significa Conocer, descubrir con los actos las verdades del uno y del otro, no la intuición o la corazonada que tienes de la persona; al parecer un año de noviazgo nunca es suficiente y te dejaste guiar por la corazonada que fundamentó tu decisión, “me divorcio del basquetbolista”.

Amar es Fidelidad, fidelidad de palabra que se da uno mismo para no fallar en el compromiso de respeto que le pides al otro.

Tal vez por la ligereza del verbo “Amar” no solo los matrimonios famosos fracasan, fracasan todos los que buscan la fama, la que se evapora con el calor de los problemas, ¿no sería mejor buscar la eternidad?

Tengo serios problemas para creer en el divorcio, soy estudiante de derecho, próximo abogado, si quiero dinero los divorcios son un buen negocio; otro dato curioso es que ya tengo un negocio muy ligado al matrimonio, que es mi local de eventos, por cada matrimonio hay un festejo, por cada festejo tengo un alquiler en mi local. ¡Vivan los divorcios!

Sin embargo, no creo en los divorcios, en esa aberración de poca hombría (entiéndase varón y mujer) que tenemos para no enfrentar los problemas sino buscar la solución más rápida, ¡escarparnos! Y a la primera inconsistencia es mejor salir de casa en busca de otro hogar que te haga sentir “bien”.

También creo que hay problemas más dolorosos que otros, ¿Cómo lidiar con una infidelidad? Es una ruptura profunda que es muy difícil volver a unir; considero que para ser fiel no basta con las “buenas intenciones” se necesita de una “fuerza espiritual”, fuerza que los creyentes encontramos en Dios para lidiar con las tentaciones.

Al hombre no le basta solo con el arrepentimiento, podemos decir que nunca más y pegar el lazo que hemos roto, pero acordémonos que somos hombres, que el olvido y el resentimiento son difíciles de borrar, que sobrellevar una infidelidad no es fácil de llevar sin reclamar, para ello se necesita de la “fuerza espiritual” porque solo Dios puede unir lo que el hombre rompió; las rajaduras las compone Él, la paz te la entrega en la reconciliación verdadera.

Tengo 24 años, más veinticuatro que los que tenía al comienzo, me rectifico en lo que soy y en lo que seré sin saber que vendrá mañana, no tengo seguridad del minutero que avanza ni de cuando se detendrá conmigo. Mas estoy seguro del matrimonio, el indisoluble, solo quebrantable por la muerte; lo sé, no tengo experiencia y hablo sin conocimiento de causa, pero hablo con Amor, el profundo, y si contraigo nupcias por mi parte será para toda la vida ¿tú qué dices mujer?





11 nov 2011

Once


Para Haydelena, el uno que completa mi número.

La mañana, los arboles, el sonido de los pájaros

El cielo de color cielo despejado

Y tú, el paisaje de mis ojos

La clara melodía azul verdosa

Que se me viene en el despertar

Del sueño que no imagino dejar



La noche, la pared, el ruido de TV

La luz amarrilla de color foco colgado

Y tú, el adorno que calza perfecto

La que ilumina lo sombrío de mi estancia

Que no quisiera soltar en la torpeza del vacio

De la ruptura del agua que me da de beber



...


8 nov 2011

Domingo sin ti

En la soledad de la Gran Vía –Madrid

Hoy domingo me va a doler tu ausencia, la falta de ti, tu compañía, tus manos, tus caricias, tus besos y todo lo que ello implica, sí, me va doler.
No tengo por qué estar sonriente cuando hoy me toca estar triste, no tristeza de fin del mundo, tristeza de despedida, de lejanía, de partida, de ya no estarás, te vas, te vas de mí.

Un viernes de madrugada me aparecí en tu casa, dispuesto a amarte, con todo lo que ello implica; si tuviera que regresar a ese viernes consciente de que hoy es mi primer día sin ti, volvería, volvería a subirme a ese taxi en dirección a tu casa, volvería a llamarte y decirte que estoy afuera, que no soy loco, que estoy consciente de lo que hago, que te quise venir a buscar y aquí estoy, esperando que salgas para que me creas.

Caminamos en dirección al puente, te me apoyaste en mi brazo al andar, quise pensar que era por el frío, no lo era, era por mí, detuve el taxi y enrumbamos con dirección al centro, ahí estábamos, en el bar de siempre, es cierto, los últimos meses dejamos de asistir, hoy no sé si podre pisarlo.

Hablando de todo, quién diría que pasado el tiempo te irías silenciando; a ratos unos silencios gustosos, simplemente nos mirábamos, sonreíamos, como la primera vez que nos dimos cuenta de nuestra existencia, sí, ahí, en el sillón de tu sala, en el cumpleaños de tu hermana, no sé en qué momento nos quedamos los dos hablando, me dijiste ya vuelvo, yo solo cerré los ojos y pensé en ti, al despertar ya no estabas.

¡Ay corazón! Cuanto tiempo de aquello, y pensar que nos vimos antes, no me refiero a la campaña presidencial, me refiero a años atrás, cuando estudiábamos la misma carrera, en el mismo año, en la misma universidad y ninguno se percato de nosotros, cuantas veces te debí ver pasar y no saber de ti.

Después vino el facebook, como le quita lo romántico, pero es cierto, fue por el facebook, te agregué y me hablaste, ¿Qué bien la pasábamos no?, si mi padre supiera que me haces reír tanto me dejaría estar contigo, aún recuerdo eso de tus labios, nuestras directas, a la conquista de nuestros corazones, a lo moderno, por el chat, pero me gustan más los balcones y las declamaciones, mi Julieta, mi Julieta.

Regresemos a aquel día del bar, tu mano, no veía el momento de entrelazar la mía y no soltarte, que cobarde, ¿Cuánto me demoré? Me imaginaba en el supuesto del rechazo, pero después me dije, nadie sale casi a las dos de la mañana con un tipejo que a las justas conoce así por así; en estricto sentido no creo haber pensando en eso, pensaba en el miedo de tu rechazo y hoy es el mismo miedo, el miedo de que ya no estás a mi lado.

Lo hice, postre mi mano encima de la tuya, un enlace tímido, avergonzado, la dejaste ahí, no la moviste, tomé más valor y te sujeté, te di calor, sudor, amor. Así nos pasamos un momento, sin mediar palabra, con el lenguaje de la piel, con el escuchar de la música; pedí la cuenta, ¿pagué yo? Mejor vamos a mitas.

De regreso a tu casa, no recuerdo si te abrace, me podrías ayudar en esto, ¿te abrace? O mi timidez me obstaculizó, mi memoria no me alcanza, la tuya es mejor. Ahí estábamos, en la puerta de tu casa, ¿Cuántas veces más iba a estar ahí parado despidiéndonos? Nunca lleve la cuenta, pero fueron muchas amor.

Le dije al taxista que esperara, bajamos los dos, abriste la puerta, presionaste tu pie a la puerta mientras le dabas vuelta a la segunda llave; ni pensar que tuvo que pasar algunos meses antes que yo ingresara de nuevo al departamento, le tenías miedo a tus hermanos, pero si soy amigo de tu hermana ¿no creo que se enoje no?,” me va a decir que le quito a sus amigos”.

No sé si hubo luna llena o si el cielo estaba despejado para poder ver las estrellas, solo sé que era de madrugada y tenía un taxi esperándome con el taxímetro subiendo (lo hace más romántico) porque en mi ciudad no hay taxímetros. Depositaste medio cuerpo dentro de tu cobija, sí, era la despedida, un roce de cachetes, pero no fue así, fue nuestro primer beso.

De vuelta a casa, mientras hablaba con el taxista, haciéndome su cómplice para ver si me rebajaba alguito, te mandaba un mensaje de texto, una carita feliz, así me reflejaba, feliz. También meses después me confesaste que no sabías si tú fuiste la que me besaste o fui yo, ya te tengo la respuesta amor, fuimos los dos.

Hoy domingo, dos y media de la tarde, si los domingos son nostálgicos, no quiero saberme a las cinco de la tarde, cuando siempre venías, no tan puntual, pero siempre era a las cinco, ¿Qué haré yo ahora a las cinco? Si ya estoy llorando, añorándote, anhelándote, extrañándote, ¿con quién subiré de la mano a la plaza? Con dirección a encontrarme con mi fe, si cada paso que daré será un viacrucis de dolor, una peregrinación de olvido, un sacrificio sin ti.





2 nov 2011

La caída




Mañana partes

Al olvido del corazón

Serás como un borrador

Que ya no pienso corregir



Como lloro en la ducha

Al compas del agua que resbala

En la piel que se tuerce de tristeza

Como siente, como siente



Como siente que ya no vas más

Que te alejo por necesidad

Necesidad de bienestar

Que contigo pierdo en el andar



Sé que no se quiebra mi existencia

Aunque no parezca

Y me sienta pedazos

Ya va a pasar, va a pasar



Suena el grifo al cerrarlo

Sin embargo, el chillido sigue rondando

Es el llanto que se queja

El aullido del animal que hay en mí



La toalla me va secando

No se basta

Las gotas van en aumento

Brotan para renovar mi cuerpo



De la mala pisada

Resbala la sandalia conmigo

Del golpe un crujido de auxilio

Que traspasa mis nervios heridos



Me veo con todo mi peso

En el suelo fallecido

Como duele, como duele

Duele más echarte al olvido


...
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