22 jul 2014

El rol de María


María es madre soltera, todas las mañanas se levanta a las cinco a preparar el desayuno, hacer la lonchera y dejar listo el almuerzo, después de ello, se va a trabajar. María trabaja en un restaurante de cajera pero también tiene que ayudar en la limpieza del local, hacer las compras de los insumos faltantes, llevar la cuenta de los productos, pagar por ellos y que al final del día su caja le cuadre, o sino su jefe le hará un descuento especial a fin de mes. María gana el sueldo mínimo, no está en planillas porque prefiere el sueldo integro y el bondadoso de su jefe le permite esa licencia.
María siempre se queda más de sus ocho horas, recibe unos soles más por eso, en vez de salir a las cinco a veces termina saliendo a las nueve, saliendo del trabajo se apresura en ir al puente a tomar la combi, tarda más de cuarenta y cinco minutos en llegar a su terrenito del Cono Norte, del cual mensualmente tiene que abonar la cuota de cincuenta soles a la dirigencia para los tramites eternos de la titulación, sin olvidarnos , que cada cierto tiempo hay una cuota extraordinaria.
María está feliz porque en unos meses tendrá agua y desagüe en su asociación o al menos eso es lo que refleja las excavaciones que andan haciendo en su calle, ya no tendrá que comprarle al camión cisterna, mejor dicho ya no tendrá que caminar las tres cuadras de terral para traer en baldes el agua del camión para poder cocinar, asearse y limpiar, también a los suyos.
María no podría sola con toda esta labor familiar, María tiene dos niñas de tres y cinco años, producto de su relación amorosa con su pareja que prometió apoyarla con su primogénito, cuando se dio cuenta que ella si quería tenerlo sí o sí; pero por esos azares del destino su pareja desapareció ni bien cuando María tenía tres meses de embarazo. ¡Y claro que regresó! Para tener un segundo hijo con ella y sí, María le creyó y perdonó.
Pero no es su pareja la que apoya ahora a María, por supuesto que no, porque su pareja la volvió a abandonar ni bien nacida su segunda hija. María no podría con toda esta carga familiar si no fuera por su hermana mayor, Juana.
Juana la ayuda con las niñas, a la mayor, la deja y la recoge de la escuelita más cercana y a la menor la deja en la cuna, donde el Estado trata de velar de ella con sus políticas sociales, contribuyendo con su alimentación y desarrollo. Después se la pasa con ellas en la casa de su hermana, esperando a que María llegue del trabajo, por suerte vive en la asociación más próxima, pero a veces las tiene que dejar encerradas porque tiene que hacer sus cosas.
María trata de cumplir con todo todos los roles en la casa: lavar la ropa, barrer, limpiar, cocinar, etc.; pero también María tiene que cumplir con el rol de Madre: cuidar, educar y enseñar a sus hijas a ser buenas niñas. También tiene que romperse el lomo trabajando por ellas para poder subsistir.
Al final de cuentas María y sus niñas están solas, no hay quien las defienda, no hay quien traiga el pan a la casa, no hay quien ponga la voz de mando, no hay quien corrija con dureza si alguien se porto mal, no hay quien de esa ternura masculina en el hogar, pero esta María, que a pesar de todo, trata de cumplir también con el rol de Padre por amor a sus niñas por más que a veces sienta desfallecer sigue adelante con lo que tiene, porque sí, ella es padre y madre de sus hijas.


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