17 nov 2011

Kim Kardashian



Me sumo a los medios que alimentan la fama de Kim y al igual que los demás medios espero vender con su nombre. No tengo mucha idea de ella, solo sé que cada nada aparece en el periódico que leo diariamente, de sus últimas noticias me sujeto, para hablarles de matrimonio.

Tengo 24 años, soy inconstante, inestable, poco perseverante, perdedor sin dar batalla, echado sin pisar tropiezo, en definitiva, sigo siendo yo a mis 24 años. Ello me augura que no sé qué vendrá mañana, ni donde estaré, ni mucho menos que haré, tampoco tengo la intención de jugar a las adivinanzas; de pocas cosas estoy seguro en la vida, una de ellas, es la muerte, voy a morirme, entraré en estado de putrefacción y volveré al polvo de donde salí.

De otras cosas no estoy seguro, no tengo idea si terminaré mi carrera, si me casaré, si tendré cuentos para contarles a mis nietos o si mañana podré publicar mi siguiente post; son cosas que sin lugar a dudas quiero pero solo sé que no compré pasaje directo a la vejez, ello implica que mi querer no se vuelva realidad.

Al leer que el matrimonio de Kim Kardashian tuvo un record de 72 días, no solo pensé que el matrimonio de los famosos es así sino ¿por qué son así?

Se dice que su matrimonio le generó ganancias cercanas a los 18 millones de dólares, lo cual la razón te intuye que fue un buen negocio, que no hubo nada de amor y que el fin licito fue ganar dinero.

Ella lo negó, dijo que su matrimonio no era ninguna farsa y pronuncio la frase que me terminó de desconcertar “me casé por amor” e inmediatamente le pregunté imaginativamente ¿Qué entiendes tú por amor?

Según la primera definición de la RAE “Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.”, podría definirla como una definición romántica, llena de romanticismo, que sin embargo no pierde su profundidad, somos seres para el encuentro, somos un ser relacional que necesita de los demás; nuestra naturaleza lo confirma, necesito de mamá para sobrevivir.

Alegando una prueba a su favor, podría decir que ella si se caso por amor, concibió que necesitaba a alguien a su lado, más no sé si profundizo en el amor.

Amar significa Donar, tener la caridad de entregarse uno mismo hacía el otro, no dar objetos, cosas, materias; al parecer tu contrato prenupcial lleno de condicionantes impidió tu entrega por salvaguardar tus bienes.

Amar significa Sacrificar, la renuncia que optas por el crecimiento integral de los dos, no el personalismo egoísta; al parecer preferiste Hollywood que un lugar tranquilo sin cámaras ni flashes.

Amar significa Comprender, la compresión que tienes para con el otro y sus circunstancias, no la visión subjetivista de las cosas; al parecer no entendiste que su familia no es él, te quedaste con la opinión ajena de la relación.

Amar significa Conocer, descubrir con los actos las verdades del uno y del otro, no la intuición o la corazonada que tienes de la persona; al parecer un año de noviazgo nunca es suficiente y te dejaste guiar por la corazonada que fundamentó tu decisión, “me divorcio del basquetbolista”.

Amar es Fidelidad, fidelidad de palabra que se da uno mismo para no fallar en el compromiso de respeto que le pides al otro.

Tal vez por la ligereza del verbo “Amar” no solo los matrimonios famosos fracasan, fracasan todos los que buscan la fama, la que se evapora con el calor de los problemas, ¿no sería mejor buscar la eternidad?

Tengo serios problemas para creer en el divorcio, soy estudiante de derecho, próximo abogado, si quiero dinero los divorcios son un buen negocio; otro dato curioso es que ya tengo un negocio muy ligado al matrimonio, que es mi local de eventos, por cada matrimonio hay un festejo, por cada festejo tengo un alquiler en mi local. ¡Vivan los divorcios!

Sin embargo, no creo en los divorcios, en esa aberración de poca hombría (entiéndase varón y mujer) que tenemos para no enfrentar los problemas sino buscar la solución más rápida, ¡escarparnos! Y a la primera inconsistencia es mejor salir de casa en busca de otro hogar que te haga sentir “bien”.

También creo que hay problemas más dolorosos que otros, ¿Cómo lidiar con una infidelidad? Es una ruptura profunda que es muy difícil volver a unir; considero que para ser fiel no basta con las “buenas intenciones” se necesita de una “fuerza espiritual”, fuerza que los creyentes encontramos en Dios para lidiar con las tentaciones.

Al hombre no le basta solo con el arrepentimiento, podemos decir que nunca más y pegar el lazo que hemos roto, pero acordémonos que somos hombres, que el olvido y el resentimiento son difíciles de borrar, que sobrellevar una infidelidad no es fácil de llevar sin reclamar, para ello se necesita de la “fuerza espiritual” porque solo Dios puede unir lo que el hombre rompió; las rajaduras las compone Él, la paz te la entrega en la reconciliación verdadera.

Tengo 24 años, más veinticuatro que los que tenía al comienzo, me rectifico en lo que soy y en lo que seré sin saber que vendrá mañana, no tengo seguridad del minutero que avanza ni de cuando se detendrá conmigo. Mas estoy seguro del matrimonio, el indisoluble, solo quebrantable por la muerte; lo sé, no tengo experiencia y hablo sin conocimiento de causa, pero hablo con Amor, el profundo, y si contraigo nupcias por mi parte será para toda la vida ¿tú qué dices mujer?





2 comentarios:

Nando dijo...

esa ultima parte esta chevere porque parece que ya quieres pedir la mano jajaja...no me digas que ya te están dando ganas de casarte??

José Bellido Nina dijo...

Hola.

Interesante post.

En un mundo donde la virtud del amor no es más que un simple sentimiento no es posible pedir más a esta pareja, sobre todo los escándalos de Kim. No hay que "navegar" mucho en Internet para darse cuenta de cómo se desenvuelven en ese "mundo" de vicios que conducen al abismo.


Saludos cordiales,

José.

http://bonifacios.blogspot.com/