20/06/06
Escuchando como sopla el viento, viendo como se aclara este momento y diciéndote que mi vocabulario no es muy extenso, empiezo estos textos sin querer queriendo.
Me desperté como se despierta alguien en madrugada, de la nada y con su frazada.
Como si alguien me clavara por la espalda, hoy siento que tengo atravesada una espada, metida en el corazón, buscando una explicación.
Nadie manda en el corazón pero tan solo quise una oportunidad para demostrarte lo que es amar. Sé que con versos y con alguna oración te he podido enseñar mi verdadera vocación pero yo quería en verdad demostrare con esfuerzo y dedicación lo que siente mi corazón.
No tengo el don de hablar, me es muy difícil tratar de explicar algo que mis odios quieren escuchar, es por eso que a veces decido callar o meramente hago un esfuerzo para tratarlo de explicar.
Es mejor darnos un tiempo pero yo me pregunto: ¿Con que derecho? ¿Acaso lo merezco? ¿No he hecho el suficiente esfuerzo?
Probablemente no lo he hecho, no lo merezco y no tengo derecho.
Me siento más tranquilo al escribir estas líneas, me desperté con la desesperación que ya no iba a volverte a ver y hasta ahora no ha vuelto a suceder, el hecho de poderte ver. Me siento más tranquilo, un tanto pacifico y sin físico aunque lo ultimo no tiene nada que ver en este asunto de volverte a ver.
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